Tu boda es lo suficientemente importante como para organizar unos fuegos artificiales solo para vosotros. Tus invitados van a quedar fascinados, ya que normalmente se relacionan con las fiestas populares o los eventos deportivos… Así que, en el momento menos esperado, reúne a tus amigos y familiares, diles que cierren los ojos y…!Sorpresa!
Hay baterías muy diversas, con infinidad de efectos y colores. Todas ellas destinadas a cumplir un solo propósito: pintar el cielo de color y fantasía. Si bien el amor es considerado como una droga, porque activa los centros neuronales del sistema límbico, vuestra boda también enganchará a todos los asistentes. Los seduciréis de tal manera que difícilmente podrán encontrar una celebración como la vuestra. El cielo sin fuegos artificiales es como un jardín sin flores, sin embargo, cuando lo iluminas recobra vida y alimenta la esperanza.
En este sentido apunta el psicólogo Juan Roberto Cruz al definir la pirotecnia como la satisfacción máxima que se percibe cuando se observan distintas exposiciones. Y es que toda persona que ve y escucha un castillo de fuegos siente una sensación de euforia, gracias a las luces y al sonido que emite. El cuerpo experimenta una serie de liberaciones asociadas al placer.